Lactancia

¿Por qué soy asesora de lactancia?

18/05/2017

Recuerdo que en mi casa siempre ha habido una muñeca de porcelana de una mujer dando el pecho a su bebé, sentada en una silla, con una actitud relajada, placentera y desprendiendo amor por todas sus esquinas. Era la pieza decorativa preferida de mi madre y por tanto, mi favorita también.

Durante mi formación como Enfermera siempre nos decían en la Universidad que el tema de lactancia materna era muy importante y que siempre lo preguntaban en los exámenes, a pesar de invertir poco más de una hora en explicarlo. Esto me obligaba a pararme un poco y estudiarlo con detenimiento.

Cuando empecé a trabajar con Neonatos, me fuí dando cuenta de que la importancia que le daban en la Universidad a este tema, en el mundo real no era así. Y un mar de dudas saltaron en mi cabeza. ¿Si la leche materna es lo ideal para el bebé, por qué le dan fórmula?. Si yo he estudiado que los bebés saben beber en vasito, ¿por qué le dan biberón?. Si este bebé tiene chupete, ¿por qué dicen que no se lo puede poner la madre al pecho?¿el chupe es más perfecto que el pecho de su madre?. ¿Por qué miran raro a una madre que viene angustiada porque “solo” se ha sacado 4 gotas de calostro? ¿no era oro líquido? 4 gotas de oro es mucho!. Todas estas dudas y muchas más estaban dando vuelta en mi cabeza.

Un buen día, me ofrecieron hacer un curso sobre lactancia materna en mi lugar de trabajo y sin dudarlo ni un segundo allí que fuí. De nuevo me daba cuenta de que lo que allí me contaban no era lo que realmente se hacía. Lo más importante de este curso de 3 días, fué que yo gané la confianza suficiente para hacer las cosas bien en mi trabajo, desmontando mitos milenarios, informando y apoyando a las madres, ofreciendo mi ayuda y no un biberón. A partir de aquí me dí cuenta de que había mucho que aprender, mucho que enseñar y mucho que ayudar.

Aún recuerdo un día que ayudé a la mamá de un bebé prematuro, con dos kilos escasos de peso a darle pecho por primera vez. Fué un momento mágico, donde realmente no hice nada, tan solo dejar que todo fluyera con naturalidad y ofrecer mi apoyo. Esa mamá se colocó perfectamente a su bebé, inundada de lágrimas ya que era la primera vez que lo hacía y a la vez dándome las gracias. Fué una sensación tan intensa y bonita que aún sigue emocionándome.

Años más tarde, después de ser madre, encontrar mil obstáculos en mi lactancia (quién me lo iba a decir…) y encontrar un grupo de lactancia donde me apoyaron y animaron constantemente, me hice Asesora de Lactancia con Edulacta.

Actualmente continúo con mi formación, en busca del IBCLC, intentando tener la información necesaria y adecuada para ser una enfermera actualizada en lactancia materna y poder ayudar a las mamás que lo necesiten.

manos asesora