Lactancia ininterrumpida.
Seguramente que muchos habéis escuchado hablar de la lactancia prolongada, es decir, la lactancia materna en niños mayores. Personalmente, no me gusta llamarla así, ya que el término prolongada parece referirse a algo que está alargándose en el tiempo. Así que me escucharéis hablar frecuentemente de lactancia ininterrumpida, es como entiendo la lactancia en niños mayores, como un proceso evolutivo que no ha sufrido ninguna interrupción.
Haciendo referencia a las recomendaciones que nos hacen Asociaciones como la Organización Mundial de la Salud (OMS), UNICEF, Asociación Española de Pediatría (AEP), American Academy of Pediatrics (AAP), Australian Breastfeeding Association (ABA), Canadian Pediatric Association (CPS), American Association of Family Physicians (AAFP), American Dietetic Association (ADA), National Association of Pediatric Nurse (NAPNAP), American Public Health Association (APHA). Todas ellas nos recomiendan lactancia materna exclusiva durante los 6 primeros meses, a partir de ahí se puede complementar con otros alimentos al menos hasta los 12-24 meses. Y a partir de los dos años se continuará hasta que la madre y el hijo decidan, sin ningún tipo de límite de edad.
Si hablamos de los beneficios de la lactancia materna ininterrumpida, en primer lugar hay que destacar que la leche materna no pierde sus propiedades con el paso del tiempo. Es más, a partir del primer año de lactancia, la cantidad de grasa en la leche aumenta con respecto a los primeros meses. Se ha podido comprobar que un bebé mayor de un año que tome pecho, obtiene aproximadamente la tercera parte de sus necesidades calóricas y protéicas diarias a través de la leche materna, además de una cantidad importante de vitaminas, minerales y beneficios inmunológicos.
La duración de la lactancia materna está relacionada también con un mejor desarrollo emocional y psicosocial del niño.
Para la madre que amamanta de forma ininterrumpida también se ha podido comprobar que a mayor tiempo total de lactancia hay menor riesgo de sufrir diabetes tipo 2, menor riesgo de cáncer de mama y de ovario, menor riesgo de padecer hipertensión arterial y menor riesgo de infarto de miocardio. Además, la lactancia materna es un factor protector frente a la osteoporosis.
En cuanto a los posibles riesgos de la lactancia ininterrumpida, se ha demostrado que no hay riesgos físicos ni psicológicos en niños que toman pecho por encima de los 2-3 años.
Sin embargo, el mayor problema de la lactancia materna cuando el niño tiene más de un año de edad es el rechazo social y profesional por prejuicios o desconocimiento de la evidencia científica actual.
Qué madre lactante con su hijo de más de un año no ha sufrido la famosa pregunta: ¿pero todavía toma teta? Por supuesto con su correspondiente cara de asombro. Son muchas las respuestas que se me pasan por la cabeza pero sin duda, la mejor respuesta es nuestra sonrisa.
Como madre lactante de una niña de 26 meses, me he encontrado con situaciones difíciles, miradas de asombro al escuchar a mi hija pedirme “teta” y por supuesto, he recibido opiniones y consejos de todo tipo. También sigo escuchando diversidad de preguntas a las que se me ocurren respuestas como:
- ¿Pero todavía te sale leche? No, ahora me sale limonada.
- ¿Hasta cuando piensas estar dándole teta? Pues mira, si el día de su boda quiere un poquito antes de vestirse, ahí estaremos mi teta y yo.
- La teta es un vicio para esta niña ¿eh? Ahhh vale, y el cigarro que tú fumas qué es??
- Pero si come bocadillos, ¿qué hace todavía con la teta? Pues mamando, no lo ves?? O es que tú no comes más que bocadillos??
Estos son algunos ejemplos, os aseguro que la lista de preguntas y respuesta es tan larga que me daría para un post.
Y por último, aconsejaros que os informéis y os asesoréis con profesionales actualizados en este tema. Los grupos de lactancia son geniales para compartir dudas y experiencias, no sólo en el inicio de la lactancia sino también a lo largo de la misma.
Espero que os haya gustado, mañana más!!