Salud

Y si esta malito, ¿lo llevo al cole?

02/09/2017

Coincidiendo con el inicio del curso, os dejo este post. Es un resumen de las recomendaciones de las que hablé en las Jornadas de bienvenida en El columpio de Claudia, el cole al que va Paula desde que tenía 10 meses.

Actualmente, es muy frecuente que tanto la mamá como el papá trabajemos fuera de casa, que no tengamos horarios flexibles o incluso que estemos lejos de nuestra familia para que ésta nos ayude en determinados aspectos de la crianza. Con cualquiera de estas situaciones, se nos plantea un gran problema cuando nuestros hijos no pueden ir a la escuela porque tienen fiebre o dolor de tripa. No solo nos preocupamos por la salud de nuestros hijos sino también por la repercusión que pueda tener nuestra ausencia en el trabajo. Pero un niño/a enfermo/a no debería ir al cole, independientemente del problema que esto pueda generar en la familia. Cuando un niño/a se encuentra enfermo/a necesita cuidados especiales y además puede contagiar a los otros niños de su clase o incluso empeorar su estado.

La Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap) apela al sentido común: «Si el niño ha pasado una mala noche, si ha tenido fiebre, si tiene diarrea… cabe la posibilidad de que el niño no esté del todo bien. Por eso, no es conveniente que vaya a la guardería o al colegio. Si tiene un simple catarro, por ejemplo, y no tiene fiebre ni malestar se le puede llevar sin problemas».

Cuando los niños están juntos, existe la posibilidad de que se contagien las enfermedades. Por ejemplo, los bebés y los niños pequeños que se limpian la nariz con las manos o frotan sus ojos y luego cogen juguetes o tocan a otros niños. Estos niños a su vez, se tocan la nariz y frotan sus ojos y así es como el virus viaja de la nariz a los ojos o de un niño a otro por medio de las manos o juguetes de el siguiente niño que los toca. Los niños se enferman mucho en los primeros años de vida mientras que sus cuerpos producen inmunidad contra las infecciones.

En el caso de muchas infecciones, un niño puede contagiar a otros en los días previos a presentar síntomas. Por eso es muy importante lavar las manos con frecuencia, tanto las nuestras como las de nuestro hijo. Realmente nunca sabemos si nosotros, nuestros hijos u otro niño está transmitiendo un virus o bacteria a través de las manos.

Mi recomendación es que los niños no asistan al cole cuando la enfermedad les impide seguir cómodamente las actividades del centro; cuando necesiten más atención de la que el personal del centro puede proporcionar y cuando el niño contribuye a la propagación de esa enfermedad, sobre todo en un entorno de riesgo.

Los criterios que nos pueden ayudar a la hora de decidir si llevar a nuestro hijo/a al cole son los siguientes:

  • Fiebre. Temperatura igual o superior a 38ºC. Podríamos volver a llevarlo a la escuela cuando hayan pasado 24 horas sin fiebre y sin antitérmicos.
  • Somnolencia.
  • Dificultad respiratoria y sospecha de infección respiratoria. En caso de infección vírica o bacteriana, se debe dejar al niño en casa hasta que desaparezca la fiebre y si está tomando antibiótico, hasta pasadas 48 horas del tratamiento antibiótico.
  • Infección de garganta. En algunos casos el ardor en la garganta es causado no por bacterias sino por un virus, que también es muy contagioso. Sería conveniente la valoración del niño por parte del pediatra.
  • Lesiones bucales o úlceras e incapacidad para controlar la salivación.
  • Exantema con fiebre.
  • Diarrea. En caso de que observemos sangre, moco o cualquier otro cambio en las heces, es importante consultar con el pediatra.
  • Vómitos en dos o más ocasiones en 24 horas.
  • Conjuntivitis purulenta. Con exudado blanquecino o amarillento.
  • Varicela. Se debe permanecer en casa hasta seis días después de aparecer el sarpullido.
  • Piojos. Si observamos que el niño tiene piojos (aunque hayamos encontrado solo uno vivo) no puede regresar al cole hasta que esté libre de piojos y liendres.

paula en el cole

Por último, aprovecho para recordar la importancia de las vacunas. Como ya sabemos, es recomendable (pero no obligatorio) cumplir el calendario de vacunaciones, esto nos ayuda a proteger a nuestros hijos y a evitar que se propaguen enfermedades contagiosas y algunas de ellas muy graves.

Los padres somos quienes mejor conocemos a nuestros hijos, por tanto sabremos apreciar cuando el niño está más cansado, apagado, diferente a su estado normal o si tiene algún síntoma que nos sirva de señal para saber que debemos llevarlo al pediatra o simplemente dejarlo descansar en casa.